El aula está diseñada como un espacio dinámico y acogedor, donde cada rincón invita a descubrir, crear y compartir. Las mesas se organizan en grupos para promover el trabajo colaborativo, mientras que los colores suaves y elementos decorativos cálidos hacen que los estudiantes se sientan cómodos y motivados. La disposición favorece el movimiento y la interacción, permitiendo que el aprendizaje fluya con naturalidad y entusiasmo.
La tecnología se integra de forma orgánica con tabletas, pizarras digitales y estaciones de trabajo que facilitan el acceso a recursos interactivos. Aquí, los estudiantes no solo consumen información, sino que la transforman en conocimiento a través de juegos, investigaciones y proyectos digitales. Es un aula viva, donde el aprendizaje activo cobra sentido y cada niño se convierte en protagonista de su propio proceso educativo.
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